Un estudio ha determinado que cuando escuchamos hablar, hacemos movimientos de la lengua sutiles. Los resultados aseguran que en el momento en el que otra persona habla, los sistemas motores son reclutados así evadamos lo que sugiere la otra persona.
El estudio ayuda a determinar de una mejor forma la relación existente entre hablar y escuchar. De hecho, da pistas sobre el fenómeno normal que tenemos de cambiar acentos cuando nos trasladamos a otros países por temporadas largas. Lo cierto es que el movimiento de la lengua esconde fenómenos particulares y distintos.
El estudio realizado en Bélgica busca determinar a ciencia exacta las causas de estas limitaciones y habilidades. En la investigación se señala que el fenómeno se produce también por la relación existente entre el sistema motor y el perceptivo. Además, queda claro que hay límites evidentes para cerrar la sinergia y que incluso una de las pruebas de esto es que si bien podemos entender e imitar a otros acentos, no somos capaces de reproducirlos de forma exacta.
Es llamativo entender que todavía aparecen descubrimientos sobre la lengua y la relevancia de ésta para comunicarnos en nuestro entorno por generaciones. Todo indica que pronto habrá más descubrimientos y que esto traerá avances de distintos tipos en otras aristas.